Son dos semanas con sus tardes
en que mirar hacia el oeste
me alista para
maquillarme cada noche
con sombras
de nubes grises.
martes, 18 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Hubo una vez, por estos lares, un indio depredador que mataba a mansalva a los animales y a sus crías por deporte. La Pachamama, hastiada, le envió un castigo en forma de viento, uno que cuando desciende del frío de las altas cumbres, se enbravece y calienta y atemoriza...a unos anónimos lugareños de un pueblito pre-cordillerano ..y provoca estragos en sus mentes...