Soy un viejo elefante,
cansado de los años y
de los vientos,
con ojos vidriosos
de cientos de areniscos que
los han lastimado,
colmillos gastados,
llagas en los pies
de mucho caminar,
y una mirada perdida
hacia el horizonte o
mas bien,
hacia ese lugar
en que silenciosos,
para no molestar,
nos dirigimos
a morir.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
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