miércoles, 6 de febrero de 2008

certezas matinales

Mi gato cada mañana
bien tempranito
no importa donde haya dormido
si en mi cama u otra
o en alguna de sus guaridas secretas
aparece en la cocina
cuando pongo la pava a hervir
me mira y comienza a maullar.

Yo sé que quiere
viene por su leche
y a veces, espero unos segundos
y su reclamo se hace mas insistente
y maulla mas fuerte
en esa hora en que el silencio y el sueño
son dueños de la casa y de los que allí duermen.

Entonces, vuelco el agua a medio calentar
sobre un platito de vidrio rosa
dentro del cual, previo, vertí el polvo blanco
y revuelvo con una cucharita
y me gusta el sonido que hace
cuando choca contra los bordes.

Algunos,
al despertar
saben lo que quieren.

Leopoldo lo sabe.