Así con la ventana abierta,
abrazando cada atardecer.
Y tú,
presente
incluso,
a postigos
cerrados.
Así...
abrazando cada atardecer.
Y tú,
presente
incluso,
a postigos
cerrados.
Así...
Hubo una vez, por estos lares, un indio depredador que mataba a mansalva a los animales y a sus crías por deporte. La Pachamama, hastiada, le envió un castigo en forma de viento, uno que cuando desciende del frío de las altas cumbres, se enbravece y calienta y atemoriza...a unos anónimos lugareños de un pueblito pre-cordillerano ..y provoca estragos en sus mentes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario