miércoles, 13 de febrero de 2008

ojos húmedos II

Esta mañana, entrando en la oficina,
vi un hombre.
Estaba sentado y con sus brazos tomaba su cabeza;
tenía las manos sucias, aunque la ropa limpia,
y la tez oscura,
y toda la impotencia del mundo
brotaba por cada uno de sus poros.

Pregunté que le sucedía,
que donde había pasado la noche.
Dijo necesitar ayuda...
y comenzó a llorar.

A este día le resta quemar varias horas,
a mis ojos les quedan mirar otros aún,
pero,
me juego tres billetes de los grandes
a que fue
la mirada mas bonita y desangelada
que me tocó cruzar hoy.

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